sábado, 2 de julio de 2016

Articulación entre Educación Inicial y Educación Primaria



Articulación de la educación en el sistema educativo venezolano desde la transdisciplinariedad.
 Dra. Madeleine Colmenares.
La problemática de la continuidad o articulación entre educación infantil y primaria no es un tema nuevo, pero hoy adquiere una mayor significación dadas las exigencias educativas para el nuevo milenio que trae consigo grandes demandas al desarrollo científico técnico y por tanto al desarrollo de las futuras generaciones. El estudio de esta relación responde al criterio referido a la necesaria continuidad que debe existir entre la educación preescolar y la escolar como dos eslabones de un proceso educativo único, lo cual está determinado esencialmente por el nivel cada vez más complejo y elevado de las exigencias de la escuela primaria y por otra parte, por la conciencia de las grandes posibilidades que tiene la etapa preescolar para lograr un mayor desarrollo de los niños de estas edades.
El desarrollo del potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad con valoración de la ética, del trabajo, de la identidad nacional, la participación protagónica para la transformación social con una visión latinoamericana, es el fin último de la educación venezolana, tal como aparece señalado en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Para el logro de estos objetivos fundamentales es necesario contar con un sistema educativo coherentemente articulado. La ausencia de cohesión entre los diferentes subsistemas, niveles y modalidades que conforman el aparato educativo venezolano, se ha convertido en un nudo crítico de alta relevancia, ya que las partes que lo estructuran no funcionan de manera articulada, y en algunos casos se desconocen, compiten y se culpabilizan entre sí.
En particular entre los niveles de Educación Inicial y Educación Primaria, esto se aprecia en los comentarios, tanto de docentes y directivos, como de padres y representantes, cuando sus niños y niñas, específicamente en los grados que implican pasar de un nivel a otro, no alcanzan las competencias básicas que les permitan ser promovidos al grado inmediato superior. Entre las expresiones más comunes repetidas en diferentes contextos y emitidas por todos los actores, se tienen: “Realmente en el nivel anterior no prepararon suficientemente al niño”; “No entiendo lo que quiere esa maestra, para ella ya el niño tiene que saber hasta multiplicar, pero si hasta ahora es que está empezando a cursar el primer grado”; “¿Será que estos docentes de Educación Inicial y del Primer Grado de Educación Primaria nunca han hablado para ponerse de acuerdo?, ¡y eso que están en la misma escuela!”.
Estos comentarios dejan al descubierto que no existe tal sistema, es decir que se reafirma lo que señala Lucchetti (2010), quien refiere, que cada nivel trabaja como parcela claramente delimitada en el ámbito administrativo, en los ambientes de aprendizaje organizados “acordes” al nivel, en la práctica pedagógica específica, entre algunos aspectos que los diferencian.
Como consecuencia de no contar con un sistema educativo donde se consideren los principios de unidad y coordinación, se impide que el currículo se organice como un continuo y de esta forma surgen los saltos, las brechas, las rupturas, los vacíos y las contradicciones existentes entre cada uno de los elementos que lo estructuran, los cuales afectan de manera significativa la posibilidad de aplicación de los principios de equidad, pertinencia, eficacia, eficiencia, efectividad y, por ende, se menoscaba la calidad de la educación.
Lograr la continuidad educativa, implica capturarla en su complejidad, es decir, que la articulación no sólo tiene que ver con lo cognitivo e intelectual, sino también con lo afectivo, emocional y motivacional. Por tal razón, se parte del significado del proceso, entendido como: unir, conectar y complementar entre contextos, agentes educativos, subsistemas, niveles, modalidades, tiempos, espacios y recursos, en relación con intenciones, concepciones y acciones que llevan a la formación del ciudadano que la sociedad requiere, por ende la articulación es un asunto complejo, ya que envuelve diversos procesos, que implican considerar lo organizativo, lo curricular y lo interdisciplinario, con el propósito de facilitar el transitar del niño y la niña del nivel de Educación Inicial al Primer Grado de Educación Primaria, desde el goce y su desarrollo armónico e integral.
Escribir sobre articulación sin tocar el término transición, es escribir a medias, estos dos términos están íntimamente ligados en el ámbito educativo; pero, cada uno de ellos implica procesos diferenciados. Es importante abordar la conceptualización del término articulación, a partir de diferentes definiciones y la posición que asume la investigadora.
Para definir articulación, es necesario remontarse a su génesis, según la Real Academia Española de la Lengua (1984), el vocablo viene del latín “articulatio”, que significa “enlace o unión de piezas o partes; lo que sirve para unir, enlazar, atar”; vínculo, coyuntura, acoplamiento, unión, enlaces, sínfisis, orquestación, organización, estructura.
Al respecto Peralta (2010), indica: “todas las aplicaciones de este término, dan cuenta de dos partes que están separadas y que requieren de este tercer elemento (externo a ello), para poder enlaza
rse, o en el mejor de los casos ‘unirse’”. Una de las definiciones, que es necesario considerar, es la planteada por Durán (2009), la cual está circunscrita en los niveles de Educación Inicial y el Primer Grado de Educación Primaria. El autor señala que: “La articulación es la continuidad de técnicas, experiencias e instrumentos que respeten al niño como ser único e irrepetible, porque el niño que ingresa al Primer Grado sigue siendo el mismo niño, con interés de jugar, pintar, explorar, trabajar con material variado, de diversos colores, formas y tamaños, un salón de clase con un ambiente que lo invite a experimentar”. (p. 1).
Se asume al proceso de articulación, desde una de sus aristas, que en este caso está relacionada con uno de los elementos operativos, conectados con las estrategias y lo relativo al ambiente. Esto permite entrever que dicho proceso debe guiarse para favorecer la continuidad de los aprendizajes, la gradualidad y el pasaje feliz y fluido y no traumático entre niveles. Esta perspectiva de la articulación responde a una concepción del desarrollo que supera la idea de sucesión de fases rigurosamente definidas y netamente diferentes, evitando rupturas en los puntos neurálgicos de la escolaridad. Por su parte Lucchetti (2010), señala que: “El concepto de articulación se refiere a la unión o enlace entre partes. Esto supone reconocer que las partes son distintas entre sí y a la vez forman parte de un todo”. (p. 10). Esta definición implica dos hechos; uno que la articulación es más que la sumatoria de hechos aislados y que además se puede destacar que hay la necesidad de trabajo en conjunto y que en este proceso, la articulación, es un requisito indispensable para lograr la calidad educativa. Otros aspectos que subyacen a la definición realizada por Lucchetti (2010), tiene que ver con construir un puente, pues es necesario un conocimiento mutuo de los contenidos, las formas de trabajo y las normativas de ambos niveles. Eso requiere la constitución de espacios de reflexión, discusión e integración pedagógica. Esto implica una comunicación de doble vida, sin prejuicios, que permitan vincular productivamente ambos niveles, centrándose en un quehacer compartido. Cuidando, por supuesto, no infantilizar a los niños y niñas del Primer Grado, ni endurecer las estrategias de enseñanza en el nivel inicial, se debe revisar algunas pautas de orden, presentación y secuencia de contenidos, estrategias y ritmo de enseñanza y aprendizaje.
Otra definición, que es necesario abordar, es la planteada por Franco (2010), quien considera que:
En educación, la articulación significa lograr la unidad de ideas y acciones, implicando esto la integración de todas las influencias educativas que recibe el individuo durante su vida, por lo que es preciso coordinar todo el trabajo y todas las actividades a fin de unificar criterios y modos de actuación, tomando en cuenta los principios de la unidad y la diversidad. (p. 36)

El concepto presentado por dicho autor, complementa lo planteado por los autores antes mencionados, no solo se queda en la necesidad de dar continuidad a técnicas, instrumentos, estrategias, como lo señalan Durán (2009) y Peralta (2010), además incluye la idea de sistema, esbozada por Lucchetti (2010), sino que también anexa otros aspectos, tales como los relacionados con el diseño, el docente. En el contexto educativo venezolano, también se ha conceptualizado el término articulación; ésta se puede encontrar en el Manual de Orientaciones Pedagógicas (1997), en donde se señala que éste proceso se refiere a: “… tender un puente que permita establecer una estructura de relaciones entre ambos niveles educativos” (p. 71).
Los procesos pedagógicos deben articular la estructura del sistema educativo para hacer posible al niño y la niña el acceso hasta el más alto grado de preparación y formación. Por ello es necesario construir un puente que se conecte adecuadamente a cada uno de los elementos que estructuran el sistema educativo, debido a las implicaciones que su ausencia acarrearía.
La edad preescolar constituye una etapa significativa en la vida del individuo, pues en ella se estructuran las bases fundamentales del desarrollo de la personalidad, se forman y regulan una serie de mecanismos fisiológicos que influyen en el desarrollo físico, el estado de salud y en el grado de adaptación al medio. La entrada del niño a la escuela constituye un momento fundamental de su vida, va a iniciar el proceso de aprendizaje sistemático de los fundamentos de las ciencias, comienza una actividad seria y responsable: el estudio, que durante toda la vida escolar va a constituir la actividad fundamental y por su cumplimiento será evaluado por los maestros, padres, coetáneos y por la sociedad en general. Este hecho refleja la importancia que tiene para el niño obtener éxito, fundamentalmente en el primer grado, eslabón inicial de este proceso, donde se sientan las bases para el futuro aprendizaje y se adquieren hábitos y procedimientos de trabajo que resultarán básicos para toda su labor posterior como escolar.
Al incorporarse a la vida escolar, el niño experimenta una reestructuración psicológica esencial, pero este niño que culmina su 6to. año de vida y comienza en el 1er. grado, mantiene aún, las características psicológicas propias de la edad preescolar, dadas por ser el desarrollo un proceso continuo pero paulatino y progresivo, requiriendo del niño un tiempo de adaptación a los nuevos cambios en su vida que puede durar desde los primeros meses hasta incluso todo el curso escolar, en dependencia de sus peculiaridades individuales, construidas de forma particular bajo la influencia del medio familiar y sociocultural en general en que se ha educado. En este sentido López (2010) expresa:
Algunos maestros de 1er. grado, en su manejo pedagógico con los niños, pretenden convertirlos bruscamente en escolares, obviando que constituye un período de tránsito de preescolar a escolar, que ocurre en las condiciones físico-ambientales de una escuela, para lo cual hay que prepararse. (pág. 28).
Constituye una necesidad el asesoramiento a los docentes del 1er. grado en la instrumentación de su labor pedagógica a fin de evitar que se produzca un cambio brusco de una etapa a otra. Existe acuerdo a nivel internacional acerca de la trascendencia de la continuidad entre la educación inicial y preescolar y la educación básica. Se coincide en que el tránsito de una etapa a otra debe producirse de manera natural y que debe haber preparación tanto de los niños como de los docentes que están implicados en esta continuidad. Comprender esta problemática implica previamente definir la posición teórica acerca del desarrollo infantil y la influencia de la educación de la cual se parte. Para nosotros, el desarrollo es un proceso continuo y ascendente, que ocurre como resultado de la educación, y los logros que se producen en una etapa determinada tienen sus gérmenes en la anterior en términos de potencialidad, y sientan las bases para la siguiente. En su de cursar se hacen evidentes contradicciones que promueven el tránsito de una etapa a la otra.